La pena de muerte reconsiderada

Comienzo en este post el desarrollo de un tema delicado y controvertido, tomo partido, estoy contra la pena de muerte. Planteo el argumento: La pena de muerte no tiene ningún valor preventivo ni rehabilitador. Queda entonces su valor retributivo si es que así se le puede llamar sin que signifique "ojo por ojo, diente por diente". Los que estén de acuerdo con este valor que la defiendan pues, pero que no lo sostengan en ningún otro criterio y sobre todo en ninguno de los dos que anteriormente mencioné

Apoyo mi argumento en las coordenadas de la clínica psicoanalítica. Fundamentalmente en dos ejes conceptuales. La clínica de las estructuras subjetivas y la teoría del pasaje al acto.

Tomada en el marco de esas dos dimensiones la pluralidad de variantes de la conducta criminal se organiza y aparecen las cuestiones relevantes que nos conducen a sostener el punto vista con el que comienzo este post y con el que me gustaría abrir un debate.

Siguiendo la clínica estructural vemos que el neurótico, el psicotico, el perverso o el débil mental (siguiendo a Lacan) son empujados a la conducta criminal en los que podemos considerar el límite de sus estructutras subjetivas, desde diferentes coordenadas cada uno, el resultado es el mismo: el pasaje al acto. A pesar de esas diferencias estructurales que más adelante desarrollaré, hay que decir que es la dialéctica del acto criminal la que invalida cualquier pretensión de dimensión preventiva de la pena de muerte.

El sujeto psicótico en desencadenamiento (en crisis o brote psicotico, diría la psiquiatría) golpea algo de sí mismo en ese a quien ataca, algo reconocido en cierta medida y que en algunos lugares y códigos lo exime de la responsabilidad ante la ley, y por ende de la pena de muerte. Aunque aquí se abre otro debate no entraremos en el en este momento. Resumiendo: la existencia de la pena de muerte ni puede prevenir el desencadenamiento de una psicosis, ni su aplicación tiene algún valor rehabilitatorio per se sobre ese proceso psicológico.

Tampoco tiene un valor preventivo en sujetos psicoticos "estabilizados" (siguiendo a Lacan) donde una suplencia (delirio u otro recurso) impone un orden subjetivo y una realidad muy distinta a la nuestra, sujetos que en el despliegue de ese mandato que su construcción subjetiva impone acometen la conducta criminal asumiendo las futuras consecuencias, incluso la muerte allí donde se establece como pena o como desenlace final de su misión. ¿Acaso Breivik?

(Continuará)